Una de las grandes interrogantes que constantemente nos hacemos cuando tenemos un dinero extra es ¿en qué invertir?; cómo rentabilizamos nuestro dinero o qué hacemos para que se incremente un poco más de lo que ofrece el sistema financiero tradicional.
Conversando con un especialista en inversiones sobre este punto, coincidimos en que lo mejor que se puede hacer es diversificar las inversiones, ya que nos permitirá estar preparados y aminorar el impacto ante cualquier problema financiero que se presente; indudablemente el mejor refrán que se me viene a la mente y que más de una vez hemos escuchado “no hay que poner todos los huevos en la misma canasta”.
Es recomendable que del total de este dinero excedente y disponible para invertir, se trate de tener al menos un 70% en instrumentos que garanticen un retorno seguro (fondos mutuos, depósitos a plazo, bonos) mientras que el 30% se invierta en temas que generen un mayor riesgo pero que paralelamente generarán mayor rentabilidad (negocio propio, bolsa de valores).
El perfil del inversionista más arriesgado, será aquel que sea más tolerante a resistir una pérdida inmediata a fin de generar una mayor rentabilidad en un mediano y largo plazo. Para ellos una buena alternativa de inversión será indudablemente la bolsa de valores, con lo que deberá tener presente:
Lo ideal para empezar a invertir es empezar desde joven, ya que se va adquiriendo experiencia, y paralelamente se tiene como ventaja la posibilidad de invertir por muchos años más; sin contar que si ocurriera una pérdida, esta podría ser recuperada en el horizonte a mediano o largo plazo.
Fuente : Walter Eyzaguirre (Diario Gestión)