Hace un par de años tuve la oportunidad de realizar una asesoría personalizada en finanzas personales a trabajadores de una empresa privada en el extranjero. La primera sesión incluía conversar con cada uno y esbozar una versión preliminar de presupuesto en el que se incluyeran sus ingresos y gastos. Este solo ejercicio se convirtió para algunos en un momento de tensión porque se ponía en blanco y negro las deudas, por ejemplo, las de la tarjeta de crédito y entonces, algunos descubrían que a pesar de que el “pago mínimo” era perfectamente cancelable con el ingreso del mes, la deuda total crecía y se convertía en 4 o 5 veces el ingreso mensual.
Así que hoy quiero enseñarles cómo armar un presupuesto mensual personal o familiar según sea el caso. Este presupuesto debe contener tres segmentos bien diferenciados:
INGRESOS
Aquí debemos incluir todos los ingresos netos de los que disponemos: los fijos y los variables.
Ingresos Fijos
Como parte de los ingresos fijos se incluyen los sueldos, la renta de propiedades, renta de autos, regalías y dividendos, entre otros. Debo incluir los ingresos estacionales: pago de gratificaciones, bonos de productividad, entre otros.
Ingresos Variables
Entre los ingresos variables estimados, se incluyen los ingresos por comisiones de ventas, pago por proyectos y consultorías, entre otros. Esta proyección debe ser conservadora. Puedo tomar como ejemplo el promedio de los últimos 12 meses y castigarlo con un 20%.
Ingresos Totales
Es la suma total de mis ingresos fijos y los variables bajo un esquema conservador. La suma de ambos me permitirá saber con cuánto dinero realmente cuento en cada mes.
GASTOS
En esta sección se debe ser muy cuidadoso para separar los gastos entre aquellos que corresponden a necesidades y los que se pueden clasificar como deseos. Esta clasificación es personal y depende de cada familia. No obstante está claro que el nivel de gastos debe ser consistente con los ingresos generados.
Necesidades
En esta sección se incluyen las obligaciones que se debe cancelar si o sí para mantener una vida financiera sana.
Deseos
Se incluye aquellos gustos que la persona o familia desea darse y éstos son muy variables pues dependen del nivel de ingreso, de la disposición a gastar y privilegiar el consumo presente; pero también de las necesidades de cada grupo familiar. A manera de ejemplo se incluye:
En este caso, a propósito no se sido tan rigurosa, pues para cada grupo familiar, uno de estos rubros puede ser considerado necesidad o deseo. Para algunos el servicio de apoyo en casa es indispensable porque la pareja trabaja; mientras que para otros el cambio de electrodomésticos o equipos de tecnología lo es con una frecuencia predeterminada.
Gastos Totales
Es la suma de los gastos clasificados en necesidades y deseos.
EXCEDENTE O DEFICIT
Al final del presupuesto, de la diferencia entre ingresos y gastos quedará un saldo. Este será azul si hay excedente y por tanto, la familia contará con un saldo a favor. En caso el saldo esté en rojo, se tratará de un déficit y es importante analizar las causas del mismo, para ajustar las variables de gasto si es posible y determinar las posibilidades de incrementar las fuentes de ingreso. Es importante que sepas que este excedente es la diferencia entre los ingresos y los gastos necesarios, ya conversaremos en el siguiente blog sobre cómo elegir cuánto destinar a deseos y cuánto a ahorro/inversión.
Fuente : Giovanna Prialé Reyes