En el Perú, la comisión de la inmobiliaria generalmente la paga el vendedor, no el comprador. La razón detrás de esta práctica es que la comisión de la inmobiliaria se basa en un porcentaje (3% a 5%) del precio de venta del inmueble, y el vendedor es quien está buscando vender su propiedad y, por lo tanto, es quien contrata a la inmobiliaria para que realice el proceso de venta.
En la mayoría de las transacciones inmobiliarias en Perú, la comisión de la inmobiliaria se negocia entre el vendedor y la inmobiliaria antes de la venta, y generalmente se establece como un porcentaje del precio de venta acordado. Esta comisión es una compensación por los servicios de marketing, publicidad, búsqueda de compradores, negociación y asesoramiento que brinda la inmobiliaria para ayudar al vendedor a vender su propiedad de manera efectiva y segura.
El comprador, por lo general, no tiene la responsabilidad de pagar una comisión a la inmobiliaria, a menos que haya acordado previamente hacerlo como parte de una negociación especial o en casos excepcionales. En la mayoría de las transacciones, el comprador solo paga el precio de venta acordado y los gastos asociados con la adquisición de la propiedad, como los impuestos y los costos notariales.
Es importante tener en cuenta que las prácticas pueden variar según la región y las circunstancias individuales, por lo que siempre es aconsejable aclarar los términos y condiciones con la inmobiliaria y el vendedor antes de llevar a cabo una transacción inmobiliaria en el Perú.